miércoles, 29 de septiembre de 2010

Más testimonios dieron cuenta de como funcionaba el DIP

Dia 5

A las 11 hs. del día martes 28 de Septiembre se reanudaron las audiencias del Juicio Oral y Público por delitos de lesa humanidad en nuestra provincia.
Un dato destacable lo constituye el hecho de que en esta ocasión los imputados decidieron presenciar la audiencia, a diferencia de lo acontecido en sesiones precedentes.
En primer término por Secretaría se comunicó el desistimiento de los siguientes testigos: Alcira Chavez y Gustavo Urtubey. La defensa se opuso para el segundo de los nombrados y la situación quedó pendiente de ser definida por el Tribunal.
El primer testigo convocado fue Raul Enrique Figueroa Nieva, quien expuso detalladamente las circunstancias en que fue detenido y las ocasiones en que pudo ver a Cecilio Kamenetzky y a Mario Giribaldi, durante los traslados para ser sometido a interrogatorios en el local de la DIP, como también en el Penal de Varones. En su testimonio dio cuenta del lamentable estado de los prisioneros como consecuencia de las sesiones de tortura a que eran sometidos sistemáticamente con el objeto de arrancarles confesiones sobre su participación en actividades políticas. A propósito de esto afirmó haber pertenecido al PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), hecho respecto del cual diera oportunamente testimonio. Recordó además situaciones llamativas para él en su condición de detenido, tales como haber sido dejado “aparentemente” solo en más de una oportunidad, sin esposar, sin vigilancia visible y hasta en proximidad de las armas del policía que lo trasladaba, circunstancias éstas que fueron interpretadas como la búsqueda de excusas por parte de los policías para favorecer un intento de fuga y así poder eliminarlo con ese motivo. Contó también que de todo lo acontecido puso en conocimiento al Juez Federal Dr. Grand, sin resultados.
Detalló haber visto a los detenidos Pedro Ramirez, Luis Garay, Carlos Lopez, Osvaldo Corvalán, Ruben Jantzon, Domingo Perié en el local de la DIP. Asimismo identificó a Musa Azar , Ramiro Lopez, Baudano, Roberto Díaz y Noly Garcia como parte del personal que se movía en la DIP.

El siguiente testigo fue el Sr. Marcos Vizozo, quien recordó a Cecilio Kamenetzky como un inolvidable amigo de su juventud y señaló sus virtudes personales. Cuando fue preguntado acerca de si Cecilio Kamenetzky podía ser considerado una persona peligrosa, Vizozo visiblemente conmovido dijo _“Era una de las personas más buena y pacífica que he podido conocer. Una persona de conceptos claros pero no invasivos. Cuando exponía sus ideas lo hacía con convicción, sin atacar a nadie. Cecilio era una persona frágil en su contextura física, pero era poderoso intelectualmente. Quienes lo conocimos compartimos hoy su ausencia, pero también su esencia que era su bondad.

A continuación, la defensa dio a conocer un incidente con Maria José Lopez, quien habría sido hostilizada por asistentes a las audiencias. Pidió garantías, a lo que accedió el Tribunal.

Por su parte, la defensa de Musa Azar solicitó demorar la comparencia de la testigo siguiente para permitir a su defendido se expresara públicamente respecto de la misma, en un claro intento por descalificar o restar credibilidad a su testimonio. Así manifestó que la testigo Delia Miryam Carreras fue su amante, que desconocía lo que ocurría en la DIP por ser policía de calle y que su testimonio era producto de despecho afectivo.

Pese a esto y con las enérgicas protestas de la querella, la Sra Carreras ofreció un testimonio en el que puso en evidencia su acabado conocimiento de las instalaciones y funcionamiento de la DIP, dependencia de la que formaba parte, prestando servicios en la Secretaría de Prensa. Detalló su actividad en esa función: leer diariamente los periódicos y seleccionar subrayando con color las noticias que su Jefe Musa Azar podía considerar de interés: todas aquellas que se refirieran a actividades políticas o sindicales, así como a personas involucradas en éstas. Dijo que con esta información Musa leía de los diarios sólo lo señalado. Y que la información así obtenida era usada para confeccionar carpetas y legajos de las personas e instituciones involucradas. Contó haber participado en pesquisas y seguimiento de personas, entre ellas a Cecilio Kamenetzky. Relató, además, que Cecilio como Mario Giribaldi cuando eran traídos del Penal a la Dip llegaban bien, pero que al cabo de unos días su estado ya no era el mismo, eran castigados, torturados, golpeados, vendados, esposados. Que Ramiro Lopez como Garbi se ocupaban personalmente “de los peces gordos” como ellos decían. También Bustamante, Corvalán y otros. Que tenían armas de caño largo Itakas, más la pistola reglamentaria. De la custodia del edificio se encargaba personal de Guardia, pero de algunos detenidos lo hacía Ramiro Lopez, Garbi, Corvalán, Brau. No era común que se quedaran de noche a cuidar detenidos. Agregó que le pareció muy raro que hubiera mucho movimiento en vísperas de la muerte de Cecilio Kamenetzky, que Musa recibió llamadas telefónicas muy largas ese día, que Ramiro Lopez quedó custodiando a Cecilio esa noche, que los veía como muy preparados, excitados, nerviosos. Consideró que no era posible escapar del sótano dónde se encontraban. Recordó entre los vehículos que usaban para los traslados un Peugeot amarillo.
Acto seguido la defensa del acusado Musa Azar planteó que sería el propio imputado quien interrogaría a la testigo. Esto fue objetado por la querella dado que lo actuado sucedió al amparo de una organización de poder como fue el terrorismo de Estado. Como la testigo tampoco aceptó responder al interrogatorio del imputado y dada la insistencia de la defensa con planteo de hacer formal presentación de reserva del caso federal, el Tribunal decidió pasar a cuarto intermedio para considerar lo peticionado por la defensa y resolver sobre la cuestión.

Reabierta la sesión, por Secretaría se dio lectura a la resolución del Tribunal que hizo lugar al pedido de la defensa, autorizando el interrogatorio a la testigo por el acusado Musa Azar, previa evaluación de la pregunta por parte del Tribunal. En esta oportunidad, la Sra. Carreras volvió a afirmar que las órdenes siempre las daba el Jefe Musa Azar, negando toda relación personal con el mismo. Ya en el final de su testimonio expresó lo siguiente: _” en el año 74 ingreso como empleada, tenía 18 años. Y al año, cuando detienen a Cecilio Kemenetzky no entendía bien lo que pasaba. No he sido personal de calle y si estoy aquí es porque me he sentido capaz de declarar y decir lo que he visto_ Agregó por último, mirando hacia los acusados _ Que no se olviden de todos los muertos que llevan encima y que esto se termine de una vez._.”

Seguidamente compareció Arias, Mario Alfredo, oficial ayudante de policía, hoy retirado, con desempeño como personal administrativo de Legajos y Archivos de la DIP. Por pedido de la querella, a través del Dr. Carabajal, rememoró lo acontecido en dicha dependencia la noche del 13 de noviembre de 1976. Comisionado para suplir la ausencia de personal de Guardia tuvo que quedar esa noche con otro compañero Pedro Ledesma. Tendrían a su cargo el servicio de guardia nocturno. De los detenidos se ocupaban Ramiro Lopez, Corvalán y Brau. En esas circunstancias sintió gritos de alto, corridas, tiros, perros, que lo impulsó a salir a la calle creyendo que se trataba de un copamiento al lugar. Llamó al Comando Radioeléctrico dando el alerta y al instante estuvieron todas las autoridades. El Juez se constituyó y labró acta de lo acontecido. Tenía 20 años y estaba choqueado. Era la primera vez que quedaba de guardia. Se hicieron presentes Jefes de Policía, Jefes de turno, de Departamento, Juez Federal, Jefe del Batallón Correa Aldana. Preguntado por la querella afirmó que los responsables de los detenidos en los fondos del edificio portaban escopetas Itakas y ametralladoras, pero manifestó no saber si les hicieron pruebas de parafina a los guardias. A pedido de la querella se leyó párrafos de su declaración indagatoria del año 85 para ayudarlo a hacer memoria de lo ocurrido. Sin embargo siguió afirmando que no recordaba lo de las pericias, ni lo de las pruebas de parafina a Lopez y Covalán como figuraba en su declaración. Reiteró, sí, que el Jefe era Musa Azar y el Subjefe Garbi.

El último testigo de la jornada en ser convocado fue Pedro Carlos Ledesma, exoficial, imputado en el Grupo 4 por detenciones ilegales entre otras acusaciones. Pese a la oposición de la defensa a que brindara testimonio en esta causa por estar imputado en otra también vinculada al terrorismo de Estado, el Tribunal resolvió que lo hiciera, por no existir incompatibilidad, al ser interrogado por una causa y hechos que no lo implicaban directamente. Esto es, por lo que vio como administrativo o guardia el día del homicidio de Cecilio Kamenetzky en la DIP. De inmediato, la reserva del caso federal fue planteada por los abogados de la defensa Barroco y Lindow.
En su relato el testigo dijo conocer a Cecilio K. como detenido en la DIP cuando lo traían del Penal, que estaba en la Guardia con Arias cuando sucedió el hecho de la muerte de Cecilio, como personal recargado. Que estaba en la Guardia del frente del edificio y que el hecho ocurrió en el fondo. Que allí estaban Lopez, Corvalán y otro, a cargo de dos detenidos traídos del Penal: Giribaldi y Kamenetzky. Que, como en un primer momento tuvo que custodiarlos, abrió la puerta de la habitación donde estaban los detenidos y los vio recostados en un colchón, esposados. Que luego fue relevado por Lopez , Corvalán y el acompañante. Ya en compañía de Arias, escuchó detonaciones, gritos de alto. Pensó que se trataba de un copamiento y le gritó a su compañero que pidiera refuerzos. Salió hacia la vereda y a su regreso a los pocos minutos ya estaban los refuerzos, toda la infantería, mucho personal policial, con y sin uniforme, Musa y Garbi presentes. Como no se dirigió al fondo manifestó no saber quien disparó. Expresó también que el Juez Federal le tomó testimonial. Por Secretaría y a pedido de la querella le fue leído el párrafo referido a autoría de los disparos de su declaración indagatoria del año 1985 y en la que adjudicara los disparos a Ramiro Lopez y Corvalán. Respondió que si figuraba en su declaración así debió ser. Añadió que no era usual que Lopez y sus compañeros quedaran encargados de la custodia, que sólo acontecía cuando mediaba una orden superior. Que la jefatura daba las órdenes y que esta era ejercida por Musa Azar y Tomás Garbi. Que los custodios de Cecilio K y Mario Giribaldi estaban armados con pistolas reglamentarias y que en la DIP había armas con seguridad: ametralladoras e itakas.

Finalizado dicho testimonio el Tribunal dio por concluida la jornada del día de la fecha y convocó para nueva sesión a realizarse el día miércoles 29 a las 10 hs.

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