Dia 6
El Tribunal reabrió el debate a las 10,45hs del día 29 de septiembre. Nuevamente, como sucediera en la jornada anterior, en presencia de los imputados Musa Azar, Tomás Garbi y Ramiro López, declararon los testigos: Raúl Osvaldo Coronel, Héctor Orlando Galván, Andrés Dickiara, Jorge Rosemberg y Gustavo Emilio Urtubey.
El relato del primero de ellos Raúl Osvaldo Coronel, a propósito de su detención en inicios del año 1975 por el grupo de represores en esta provincia a las órdenes de Musa Azar, recuperó en una apretada síntesis el modo en que operaba dicho grupo de tareas, en el marco del terrorismo de Estado. Detenido por Garbi en su domicilio, sin orden de allanamiento, llevado a la DIP, interrogado y torturado en presencia del propio Musa Azar. Más tarde y ante Juez Federal (en su caso Dr. Grand y Secretario Lopez) presionado a firmar declaración ya preparada de actividades ilegales, puesto a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nac.) pese al dictado de falta de mérito y llevado al Penal de Varones. Allí y a partir de su legalización, un nuevo circuito se ponía en funcionamiento: con frecuencia y en diversas oportunidades y horarios los presos políticos eran sacados y llevados nuevamente a la DIP por el propio Ramiro Lopez y Bustamante, torturados por éstos e interrogados por Musa Azar.
Por referencia a la causa que se investiga recordó la llegada de Mario Giribaldi y Cecilio Kamenetzky al Penal de Varones, aproximadamente en septiembre del 76. Mario les contó los tormentos sufridos en un campo de concentración en Tucumán, donde habría visto a Figueroa Nieva. Cecilio, a su vez, les dijo que había sido torturado por Lopez y Garbi, quienes lo acusaban de judío y comunista.
Expresó además, muy emocionado,_” Cecilio está clamando justicia, quería un mundo mejor, una persona que tenía tanto para dar y su vida fue cegada”_
Hizo referencia también al sacerdote que les diera misa, pidiendo por el regreso de Cecilio con vida al Penal después de su último traslado a la DIP,, cuando ya hacía días que estaba muerto. Finalmente señaló, que pese a no tener militancia ni política, ni sindical, sufrió persecución y cárcel. Y que su familia fue objeto de constantes amenazas mientras estuvo detenido.
Testimonió seguidamente el Sr. Héctor Orlando Galván quien, muy conmovido por los recuerdos que vienen a su memoria, dejó establecido de entrada ante el Tribunal, que no teniendo participación en política, ni causa de detención, pagó por lo que no hizo.
Su secuestro se produjo en horas de la noche, de la vereda de su domicilio familiar, por Garbi y otros, en un automóvil Chevi , color verde metalizado. Ya en la DIP pusieron en práctica el mismo circuito de apremios ilegales detallados por el testigo anterior. Reconoció a Musa, Ramiro Lopez, Garbi y Marino. Vio a un pariente suyo muy lastimado. Pero, en su caso, no fue legalizado sino trasladado por Ramiro Lopez a Tucumán en el mismo Chevi, a un campo de concentración (posiblemente Arsenales), junto a Mario Giribaldi, su compañero del Bachillerato Humanista.
Rememoró que allí tenían turno y horario de tortura, que lo picanearon todos los días durante un mes y medio. En una oportunidad, cuando le cayó la venda por efecto de una patada de su torturador pudo ver un salón grande con mujeres, viejitas y todo tipo de gente. Un noche llevaron a otro santiagueño, el soldado Concha, que fue desnudado y golpeado. Luego, trasladado con otras personas en un camión a otro lugar, a una media hora de viaje, los metieron en un galpón, en una especie de huecos, todo en medio de griterío y llanto de mujeres. Había embarazadas. Por noche sacaban a 7 u 8 personas para matarlas. Sólo comían una vez por día, cáscaras de naranja y de mandarina. Los guardias volvían alcoholizados y los golpeaban. Llegó a ser colgado de los brazos hasta que le salieron, vio a otros quemados en las axilas por la tortura, también había a quienes los enterraban con la cabeza afuera De este campo de concentración primero los sacaron a Giribaldi y a su cuñado, pensó que los mataban. Más tarde lo liberaron a él, lo sacaron en un Peugeot 504 del Ejército, para que pasara los distintos portones de acceso, circularon por una autopista y ya en la ciudad de Tucumán decidieron dejarlo cerca de una Peatonal recomendándole_ “Si te preguntan si has visto algo, no has visto nada”_ Los transeúntes lo miraban horrorizados por el aspecto que tenía. Una comisión policial lo llevó a la Jefatura dónde le dieron un salvoconducto para pasar la caminera y volver a su provincia. Su familia se resistía a creer que estaba vivo.
Siguió en libertad vigilada y tuvo que ir 2 veces a la DIP, citado por Musa Azar, quien le pedía información sobre un amigo Gomez. Como temía ser nuevamente secuestrado asistía acompañado por toda su familia.
También reseñó todas las presentaciones hechas ante el Juzgado Federal y solicitó al Tribunal remitirse a su legajo personal, elaborado por el D2, para corroborar que todo lo referido figuraba allí, incluso con algunas anticipaciones en fechas de los hechos relatados.
Por último peticionó ante el Tribunal seguridad y protección para él y su familia.
Los testimonios siguientes se refirieron a cuestiones muy puntuales vinculadas al caso objeto de indagación por este Tribunal Oral y Público. Tal fué el relato de Andrés Dickiara sobre su hermano Daniel Enrique, secuestrado el mismo día en que es detenido Cecilio Kamenetzky., en agosto de 1976 y que continúa desaparecido. Contó que pese a las numerosas y reiteradas gestiones de sus padres para averiguar su lugar de detención, nunca obtuvieron respuesta ni de parte de la DIP, ni del Regimiento, ni de la Policía Federal. El Juez Federal Liendo Roca nunca respondió a los habeas corpus presentados. El único dato que dice de la presencia de su hermano Daniel en la DIP fue una camisa de Daniel que Cecilio K. da a lavar a su hermana cuando lo tuvieron en esa dependencia. Enterado su padre de ello volvió a insistir ante Musa Azar por el paradero de su hijo, obteniendo una vez más respuestas negativas. Agregó que su hermano el día anterior al de su secuestro le comentó que Ramiro Lopez y Bustamante lo estaban siguiendo, que incluso habían estado en su lugar de trabajo. Indicó finalmente y a pedido de la querella detalles de identificación de la camisa en cuestión. Dijo_ “negra, con vivos”.
Por su parte, el testigo Jorge Rosemberg, manifestó haber conocido a Cecilio Kamenetzky cuando era estudiante de la Universidad Católica de Sgo. del Estero ( cuando ésta aún funcionaba en el Bachillerato Humanista), que fue su Jefe de Trabajos Prácticos en una de las disciplinas de la carrera de abogacía que estaba cursando. Que lo recuerda muy bien porque en un examen quedó impactado por la inteligencia de Cecilio, con apenas 17 o 18 años de edad. En esa ocasión, dijo _ “no dio un examen sino una clase”_, yo pensé en ese momento, continuó diciendo_ Cecilio era un intelectual a los 18 años. Tenía lecturas muy avanzadas para su edad.”_ Preguntado por la querella sobre si era o no peligroso respondió que no lo era. _”Cecilio me daba la imagen de un humanista, vinculado a los temas públicos e institucionales. Me parecía que era un muchacho agnóstico y no profesaba ni lo judío, ni lo católico”.
El último en testimoniar en esta jornada fue el Sr. Gustavo Emilio Urtubey. Relató que de regreso de un viaje a Tucumán, luego de 15 días de comisión en apoyo al operativo Independencia como piloto de helicóptero, observó varios autos estacionados, un Ford Falcon, un Peugeot amarillo, un Torino blanco, que lo siguieron cuando se trasladaba a su casa, razón ésta que lo motivó a dirigirse a la DIP para hablar con Musa Azar sobre este particular, sin ser atendido. Ya de regreso a su domicilio, se apagaron las luces de los alrededores y fue secuestrado en 1976, junto a un compañero que se encontraba con él. Los metieron en un Ford Falcon hasta Lavalle, antes de llegar lo pasaron al baúl de un Peugeot ( su compañero fue abandonado en el lugar) y de allí lo llevaron a Tucumán. Vendado y atado lo ingresaron a un edificio cerca del aeropuerto viejo de esa ciudad. Permaneció allí unos 60 días, lo torturaron, entró con 80 kg. y salió con 42 kg. Lo interrogaron sobre su actividad de piloto de helicóptero, porque decían que operaba uno de la guerrilla y como él era el único que estaba en la zona creyeron que era el suyo. Cuando constataron el número de horas que él acreditaba en su máquina, lo dejaron en libertad, de noche, cerca del dique El Cadillal, semidesnudo y descalzo. Lo recogió una camioneta de la policía que lo condujo al Regimiento donde le tomaron declaración. Un primo que vivía en Tucumán fue a buscarlo y lo llevó con su familia. En esos días su hija fue secuestrada.
Interrogado por la querella indicó que los que lo secuestraron estaban armados con ametralladora, dos con pistolas, vestidos de civil. A pedido de la defensa precisó que la orden de ir a Tucumán en apoyo al operativo Independencia le fue dada por su Director Teniente Coronel J. Carlos Diego. Y que éste dependía de la Secretaría de la Gobernación de Santiago del Estero. Agregó que estuvo estacionado en Simoca, pero que nunca voló.
El único testigo convocado para el día de la fecha que no compareció fue el Sr. Marcelo Bustos Arias por encontrarse fuera de la provincia. La defensa insistió en su comparencia y solicitó sea traído por la fuerza pública si fuera necesario. El Tribunal teniendo presente la demanda de la defensa, anunció que comunicará su resolución al respecto en la jornada del día jueves 30. En igual sentido procederá con lo peticionado por la querella a través del Dr. Carabajal ( y con la oposición de la defensa), sobre incorporación de la carpeta del Sr. Galván confeccionada por el D2. También pasó revista a la nómina de testigos convocados para la próxima sesión, dando por finalizado el debate a las 14 hs. aproximadamente.
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